honkyoku

Si bien el Shintō (神道, el camino de los dioses) es la religión autóctona del Japón, hacia el siglo V comenzó a llegar a Japón la doctrina budista procedente. Si bien se esta se había originado en India, se desplazó hacia el Este y llegó a Japón desde China y Corea en un proceso en el que se fueron creando diferentes formas.

Entre las diferentes formas de Budismo que entraron en Japón por esta vía, se encontraba el budismo chan, cuyos caracteres en japonés son leídos como Zen (禅), la que es claramente un producto japonés a pesar de su origen.

Dentro del propio budismo zen existen diferentes formas siendo las mas conocidas probablemente la Rinzai y la Soto, y entre las diversas sectas de monjes existentes hubo una llamada Fuke-shū (普化宗), a la que pertenecían los monjes Komusō (虚無僧, monjes de la nada y el vacío), que podéis ver en el ukiyoe adjunto.

Si bien los monjes zen estaban acostumbrados a la practica del sazen (座禅, meditación zen sentada) como parte de su camino espiritual, los monjes komusō crearon una forma de meditación que sumaron a la práctica del sazen. Esta meditación sonora denominada suizen (吹禅, meditación zen soplada), fue creada como una forma de experimentar su lema ichi on jobutsu (一音成佛, alcanzar la iluminación a través del sonido).

El suizen era una práctica individual que se basaba en que cada monje meditase mientras producía sonido en el shakuhachi. Sonidos que no eran improvisados sino organizados y transmitidos. Pero es importante tener en cuenta que ni el instrumento era considerado un instrumento musical ni los sonidos considerados música.

En japonés, la palabra para indicar ‘instrumento musical’ es gakki (楽器) mientras que aquella utilizada para nombrar al shakuhachi en la época en que lo utilizaban los komusō era hokki (法器, instrumento de práctica budista). Y esto podría ser precisamente lo que determinaba que fuese considerado de uso exclusivo de los komusō, dado que se trataba de una parte de la practica del camino del dharma y como tal, existía una estricta prohibición de tocar música con él (recordad que las agrupaciones sonoras generadas a través del instrumento no eran consideradas música sino meditaciones).

Los Komuso eran adiestrados en el uso del Shakuhachi y recibían instrucción acerca de las agrupaciones sonoras que conformaban el cuerpo de meditaciones. Ellos peregrinaban a través de todo el Japón, mendigando y practicando suizen. Se supone que cuando un monje llegaba a un templo transmitía alguna de sus agrupaciones sonoras a los miembros locales y recibía de ellos alguna a su vez.

En 1871, y por razones políticas, la secta fue proscrita y posteriormente estas agrupaciones sonoras fueron recuperadas y transmitidas, ya como piezas musicales y con el nombre de Honkyoku (本曲, música original) creándose el Kinkoryū ( 琴古流, linaje Kinko). Con algunas pocas excepciones, se trata de piezas que se interpretan en un único shakuhachi.

Paralelamente a este proceso de“musicalización” del instrumento con el nacimiento del Honkyoku, el shakuhachi comenzó a ser utilizado en varias formas musicales como las canciones folclóricas conocidas como Minyo (民謡) o músicas de ensamble como el Sankyoku (三曲), entre otras.

El Honkyoku es entonces fruto del suizen, una herramienta para la meditación que hoy es considerada música y tratada como tal; pero que aún conserva para muchos intérpretes un profundo espíritu meditativo.

Entre las características más sobresalientes de estas piezas figura el hecho de no poseer pulso determinado. Se organizan básicamente alrededor del concepto de ma (間), un término que posee el significado literal de “intervalo, tiempo, pausa” y en el contexto de estas piezas está relacionado con un balance entre los elementos de sonido, silencio y respiración.

Para una explicación más detallada de estos temas consultar:

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